Según anunciaron el martes funcionarios estadounidenses de defensa, aproximadamente 550 soldados han empezado a llegar a la frontera entre Estados Unidos y México, como parte del primer grupo de apoyo militar ante un posible aumento en la llegada de migrantes. Estos soldados tendrán como tarea principal ayudar en la vigilancia de la frontera, una vez que se retiren las restricciones al asilo implementadas debido a la pandemia de coronavirus. Se ha informado que estos soldados no tendrán contacto alguno con los migrantes.
Además, se espera que a finales de este mes lleguen más de 900 soldados, infantes de marina y miembros de las fuerzas aéreas a la frontera sur de Estados Unidos, ya que el gobierno estadounidense busca reforzar las labores de vigilancia y procesamiento de los migrantes que lleguen al territorio. El plan inicial implica un despliegue de 90 días de las fuerzas en servicio activo, ya que estos soldados pueden trasladarse a la frontera de manera más rápida que los soldados de la Guardia Nacional o del Cuerpo de Formación de Oficiales de Reserva del Ejército.
Según ha declarado el Pentágono, algunos de los soldados podrían ser reemplazados en el futuro por reservistas, ya que estos necesitan más tiempo para desplegarse.