El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, hizo una promesa impactante el jueves pasado durante un discurso nacional en el que conmemoraba su quinto año en el cargo.
En este discurso, Bukele anunció su compromiso de construir una prisión especial para los delincuentes de cuello blanco como parte de una campaña enérgica y decidida contra la corrupción en el país.


En su discurso, Bukele comparó su lucha contra la corrupción con la campaña que llevó a cabo contra las pandillas criminales en El Salvador.
El presidente afirmó que, al igual que combatieron las pandillas con toda la fuerza del Estado, también emprenderán una «guerra total» contra la corrupción.
Enfatizó que, al igual que construyeron una prisión para terroristas, también construirán una para los corruptos.
Hace más de un año, Bukele inició una campaña agresiva contra las pandillas violentas del país, tomando medidas drásticas como la suspensión de derechos constitucionales a través de un estado de excepción.
Aunque esta política ha ganado un amplio apoyo popular, grupos de derechos humanos han expresado preocupación por la posibilidad de que personas inocentes sean atrapadas en la represión.
En febrero, el gobierno inauguró una «mega prisión» para albergar a miles de presuntos pandilleros. Ahora, el presidente Bukele busca aplicar una estrategia similar para combatir la corrupción, pero aseguró que solo utilizarán medios legales en el proceso.


Además de su promesa relacionada con la corrupción, Bukele también anunció proyectos de ley destinados a reformar el sistema político del país.
Estos proyectos incluyen la reducción del número de diputados en el Congreso unicameral de 84 a 60, así como la transformación de los 262 municipios del país en 44 distritos.
Sin embargo, es importante destacar que estos proyectos de ley aún deben ser votados en el Congreso para su aprobación y puesta en marcha.
En otro momento de su discurso, Bukele reveló que se estaba llevando a cabo un allanamiento en la propiedad del expresidente Alfredo Cristiani.
Cristiani enfrenta una orden de arresto provisional desde hace más de un año por su presunta participación en el encubrimiento del asesinato de seis sacerdotes jesuitas y dos miembros de su personal durante la guerra civil de la década de 1980 en El Salvador.


El discurso del presidente concluyó con gritos de «reelección» provenientes de la concentración en el Congreso. A pesar de la prohibición constitucional explícita de cumplir mandatos consecutivos, una encuesta periodística realizada en marzo reveló que casi el 70% de los salvadoreños apoyaban una posible candidatura de Bukele para un segundo mandato.
Cabe mencionar que el mandato presidencial de Nayib Bukele finaliza el próximo año, lo que plantea interrogantes sobre su futuro político y las posibles consecuencias de sus promesas en la lucha contra la corrupción y la reforma del sistema político en El Salvador.