El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha manifestado su determinación de abordar personalmente la situación del obispo Rolando Álvarez, quien se encuentra encarcelado en Nicaragua bajo el régimen del dictador Daniel Ortega.
Lula, quien recientemente se reunió con el Papa Francisco, expresó su intención de presionar a Ortega para que libere al obispo y reconozca los errores cometidos.


En febrero de este año, el obispo Álvarez fue condenado a más de 26 años de prisión por cargos como traición, socavar la integridad nacional y difundir noticias falsas. El prelado ha sido un crítico vocal del régimen de Ortega, lo que ha llevado a su detención y posterior sentencia.
Lula considera que el obispo debe poder ejercer libremente su función en la Iglesia, y busca dialogar directamente con el dictador nicaragüense para abordar esta situación.
Aunque no está claro si el Papa Francisco solicitó específicamente a Lula que intervenga en esta cuestión, el expresidente brasileño afirma que la Iglesia Católica solo busca la liberación del obispo Álvarez, así como de otros sacerdotes detenidos en Nicaragua.
Es importante destacar que las relaciones entre Brasil y Nicaragua han sido en general cordiales, pero las tensiones entre el Vaticano y el Estado centroamericano se han intensificado debido a la represión de las protestas antigubernamentales que tuvieron lugar en 2018.
Durante esos disturbios, la Iglesia Católica ejerció como mediadora entre las partes involucradas y solicitó justicia por las más de 360 personas que perdieron la vida en ese contexto.
La situación del obispo Álvarez se agravó después de que se negara a abandonar el país junto con otros 200 presos políticos liberados por el régimen de Ortega y enviados a Estados Unidos. Esta decisión llevó a su posterior condena y encarcelamiento en Nicaragua.


La intervención de Lula en este asunto refleja su compromiso con la defensa de los derechos humanos y su disposición a utilizar su influencia política para abogar por la libertad del obispo Álvarez.
Sin embargo, el desenlace de esta situación sigue siendo incierto, y será necesario esperar para conocer la respuesta de Ortega y si esta solicitud tendrá algún impacto en la liberación del obispo y en la relación entre Brasil y Nicaragua.