La campaña presidencial del gobernador de Florida, Ron DeSantis, sufrió contratiempos luego de un problemático evento de lanzamiento en línea, lo que generó burlas de sus oponentes y revivió las dudas sobre su viabilidad como candidato a nivel nacional.
Sin embargo, DeSantis busca avanzar y recuperar impulso en los estados clave de Iowa, New Hampshire y Carolina del Sur la próxima semana, donde realizará una serie de eventos públicos como parte de su estrategia de campaña.
Durante cuatro días, del 30 de mayo al 2 de junio, el gobernador de Florida tiene programado pronunciar discursos y sostener conversaciones en 12 ciudades y pueblos de estos estados.
La intención de DeSantis es ganar apoyo y cautivar a los votantes en estos primeros estados de nominación, lo que considera crucial para su campaña.
Iowa, en particular, es un estado con una importante base de votantes evangélicos que en el pasado se mostraron fríos hacia el expresidente republicano Donald Trump, lo que resultó en su derrota en las asambleas partidarias de 2016.


Generra Peck, gerente de campaña de DeSantis, destacó la dedicación de la campaña para ganar en estos estados clave y enfatizó el compromiso del gobernador por compartir su visión con el país.
La estrategia de DeSantis se centra en destacar su liderazgo y en presentarse como el candidato republicano más fuerte para enfrentarse al partido demócrata en las elecciones presidenciales de 2024.
Aunque el evento de lanzamiento de la campaña de DeSantis tuvo problemas técnicos, su equipo de campaña está trabajando arduamente para minimizar el impacto negativo.
DeSantis mencionó en una entrevista de radio que la transmisión en vivo del evento ha obtenido más de cinco millones de oyentes y ha generado un gran revuelo en torno a su candidatura.
Además, la campaña anunció que recaudó $1 millón de dólares en tan solo una hora después de su anuncio presidencial.
Como gobernador, DeSantis ha promovido una serie de proyectos de ley estatales relacionados con los derechos reproductivos, los sindicatos de maestros, las restricciones a los inmigrantes sin estatus legal permanente y otras cuestiones relacionadas con la diversidad y la equidad en las escuelas.
Su entrada en la contienda republicana lo enfrenta directamente con su antiguo aliado, Donald Trump, quien sigue siendo popular entre los votantes republicanos y lidera en las encuestas de preferencia.
Durante una conversación con los medios conservadores, DeSantis realizó fuertes críticas hacia Trump, sugiriendo que contribuyó al aumento del déficit presupuestario federal durante su presidencia y apoyó legislaciones que DeSantis considera que habrían otorgado «amnistía» a los inmigrantes indocumentados.
Estos comentarios generaron respuestas negativas por parte de Trump y otros, quienes no dudaron en señalar los errores cometidos por DeSantis.


El lanzamiento de la campaña de DeSantis también fue objeto de críticas en las redes sociales, incluyendo los comentarios de Trump en su plataforma Truth Social, donde calificó el evento como un «desastre» y «fatal».
La campaña de reelección del presidente Joe Biden también aprovechó la situación para enviar un correo electrónico titulado «Este enlace funciona», proporcionando un enlace para donaciones en línea a favor del demócrata.
En este escenario competitivo, Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y otra candidata republicana en 2024, emitió un anuncio de campaña que criticaba tanto a DeSantis como a Trump, presentándose como una alternativa fresca y no un eco de los líderes pasados.
La contienda presidencial en Estados Unidos se perfila cada vez más interesante y desafiante, con distintos actores políticos buscando destacar y ganarse el apoyo de los votantes.
Estados Unidos merece una elección real y no simplemente repetir las narrativas del pasado.