El humo de los incendios forestales canadienses se propaga, afectando a más de 100 millones de estadounidenses y generando alertas de calidad del aire en todo el país.
Los cielos se tiñen de un tono turbio y opaco, mientras el humo viaja desde el medio oeste hasta la costa este, creando condiciones insalubres y peligrosas.


El Servicio Meteorológico Nacional emitió alertas sobre la calidad del aire que estuvieron vigentes hasta la medianoche para una extensa franja que abarcaba desde Wisconsin y el norte de Illinois hasta Michigan, Ohio y llegaba hasta Nueva York, Washington y la costa este.
Más de 100 millones de estadounidenses recibieron la recomendación de limitar las actividades al aire libre y, en caso necesario, usar mascarillas, especialmente aquellos que padecen enfermedades pulmonares o respiratorias. Además, se aconsejó a los niños y ancianos minimizar o evitar las actividades extenuantes.
Las principales ciudades de Estados Unidos, como Nueva York, Chicago y Filadelfia, se vieron afectadas por la presencia del humo, que oscureció el sol de verano y dejó un persistente olor a madera quemada en el aire.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, declaró que la calidad del aire era insalubre en todo el estado y animó a los residentes a monitorear regularmente la calidad del aire en su área, afirmando que esta situación se estaba convirtiendo en la «nueva normalidad» para los neoyorquinos.
En Chicago, la mala calidad del aire se prolongó por tercer día consecutivo, afectando la salud de sus habitantes. La ciudad se encontraba entre las que registraban el aire más contaminado, junto con Detroit y Washington DC, según el sitio IQAir.com, especializado en rastrear la contaminación.


En redes sociales, algunos usuarios compartieron sus experiencias negativas debido al humo, como dolores de cabeza intensos, y mencionaron el uso de purificadores de aire para aliviar los síntomas.
Las alertas de calidad del aire se originaron por el humo proveniente de los incendios forestales en Canadá, donde se está enfrentando la peor temporada de incendios registrada hasta el momento. Un área de 8 millones de hectáreas ya ha sido devastada por las llamas, superando el tamaño del estado de West Virginia.
El miércoles, se contabilizaron 477 incendios activos, la mitad de los cuales se consideraban fuera de control, extendiéndose desde la costa del Pacífico hasta el Atlántico.
Mientras el medio oeste y el este lidian con la mala calidad del aire, el sur de Estados Unidos enfrenta una intensa ola de calor que se espera que persista durante el jueves y el largo fin de semana festivo del 4 de julio.
Se pronostica que el índice de calor alcance los 100 grados Fahrenheit (38 grados Celsius) y, en algunos lugares, incluso los 115 grados Fahrenheit (46 grados Celsius). Las autoridades meteorológicas instaron a las personas a buscar lugares con aire acondicionado y a mantenerse hidratados bebiendo abundante agua para protegerse del calor extremo.


La combinación de la mala calidad del aire debido al humo de los incendios forestales canadienses y la persistente ola de calor en el sur de Estados Unidos crea un desafiante escenario para la salud pública y el bienestar de la población.
Se recomienda a los ciudadanos seguir las indicaciones de las autoridades locales, protegerse adecuadamente y estar atentos a cualquier actualización sobre las condiciones climáticas y la calidad del aire.