El líder ultraderechista Stewart Rhodes, fundador del grupo Oath Keepers, fue condenado a 18 años de cárcel por liderar una conspiración para mantener al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el poder.
Esta sentencia representa la condena más severa hasta la fecha por el ataque ocurrido el 6 de enero de 2021 al Capitolio de Estados Unidos.
Antes de anunciar la sentencia, el juez de distrito Amit Mehta destacó que no se puede permitir que un grupo de ciudadanos fomente una revolución simplemente porque no les gustó el resultado de las elecciones o porque no creían en que se hubiera cumplido la ley como debería.


El juez enfatizó que eso es exactamente lo que Rhodes y su grupo hicieron.
El respaldo ultraderechista a Trump fue evidente durante el asalto al Capitolio. Rhodes se mantuvo fuera del edificio supervisando la operación mientras los seguidores de Trump irrumpían en la sede del Congreso, donde las dos cámaras estaban reunidas para certificar la victoria electoral de Joe Biden.
Este acto provocó cinco muertes y dejó a más de 140 agentes heridos.


La defensa de Rhodes intentó convencer al jurado de que los grupos armados de Oath Keepers, que se encontraban en hoteles alrededor de la capital estadounidense, no tenían la intención de impedir la confirmación de Biden, sino de «reaccionar» en caso de que Trump les pidiera intervenir.
Según la organización ultraderechista, el entonces presidente republicano tendría la autoridad para hacer esa solicitud en virtud de una norma de 1807 que permite al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas pedir a grupos paramilitares ciudadanos que hagan cumplir la ley.
Sin embargo, la acusación argumentó que los miembros del grupo tenían la intención de utilizar la fuerza para impedir la confirmación de Biden, independientemente de lo que dijera Trump.


Los Oath Keepers son una organización poco estructurada vinculada a milicias ciudadanas. Aunque aceptan a cualquier persona como miembro, se centran en reclutar a exmilitares, policías y personal de primeros auxilios.
Según informes de CNN, 22 personas que formaban parte del equipo de Rhodes ya han sido condenadas por varios delitos federales, ya sea por un jurado o tras declararse culpables. Ocho de ellos, incluyendo a Kelly Meggs, coacusado de Rhodes, también fueron condenados por «conspiración sediciosa».
Meggs lideró un grupo de 14 personas hacia el interior del Capitolio, donde se dividieron en dos grupos de siete, uno dirigido al Senado y otro a la Cámara de Representantes.


Esta condena a Rhodes y la evidencia de la participación de Oath Keepers en el asalto al Capitolio resaltan la gravedad de los actos cometidos ese día y la importancia de responsabilizar a los líderes y organizadores de la violencia.
La sentencia envía un mensaje claro de que tales acciones no serán toleradas y que aquellos que intenten socavar la democracia enfrentarán las consecuencias legales.