Bernardo Arévalo de León, un candidato inesperado en las elecciones de Guatemala, ha sorprendido al obtener el segundo lugar en los comicios del pasado domingo.
Su mensaje enfático sobre la urgencia de combatir la corrupción en el país centroamericano ha resonado entre los guatemaltecos, especialmente entre las mujeres y los jóvenes.


Durante una entrevista en su despacho legislativo, ubicado en la Ciudad de Guatemala, Arévalo de León destacó la importancia de sacar a los funcionarios corruptos del Estado para impulsar el desarrollo en Guatemala.
Según él, la restauración de la confianza de los ciudadanos a través de un gobierno transparente y dialogante será su principal desafío si llega a la Presidencia.
El candidato y su partido, Movimiento Semilla, lograron el 11,8% de los votos emitidos en las elecciones, colocándose en segundo lugar detrás de Sandra Torres Casanova, ex primera dama.
Este ascenso ha sido una sorpresa para muchos, ya que las encuestas situaban a Arévalo de León en un octavo o noveno lugar con una baja intención de voto.
Arévalo de León atribuye su crecimiento electoral al rechazo generalizado al sistema político corrupto y a la apatía de la población hacia los políticos tradicionales.
El Movimiento Semilla, surgido en 2015 a raíz de las manifestaciones contra la corrupción, ha logrado movilizar a la juventud guatemalteca y despertar la esperanza de recuperar la democracia en el país.
El candidato, de 64 años, lleva consigo el legado de su padre, Juan José Arévalo Bermejo, quien gobernó Guatemala entre 1945 y 1951, promoviendo avances sociales y estableciendo un gobierno democrático tras décadas de dictaduras militares.


Arévalo de León destaca el papel fundamental de la juventud en su campaña, enfatizando que la movilización de los jóvenes ha sido clave para su éxito electoral.
Además, resalta la presencia de mujeres feministas y jóvenes profesionales en su partido, quienes son parte del motor del progresismo en Guatemala.
En su lucha contra la cooptación del Estado, Arévalo de León planea contar con la asesoría de personas que han tenido que exiliarse debido a su enfrentamiento contra la corrupción desde la judicatura y los medios de comunicación.
Denuncia la persecución política que ha llevado al exilio a jueces, fiscales y periodistas comprometidos con la lucha contra la corrupción en Guatemala.
Si llega a la presidencia, Arévalo de León se compromete a respetar la división de poderes, pero también planea solicitar la renuncia de la fiscal general del Ministerio Público, Consuelo Porras, quien ha sido sancionada por Estados Unidos por obstaculizar la lucha contra la corrupción.
El candidato considera que es fundamental resolver las deudas históricas del país en materia de desnutrición, pobreza e infraestructura para beneficiar a los sectores más desfavorecidos de la población. Sin embargo, subraya que el primer paso para lograrlo es combatir la cooptación estatal.
Arévalo de León rechaza cualquier alianza con actores corruptos, criminales, violentos o autoritarios de la política tradicional guatemalteca. Su compromiso es gobernar con transparencia y evitar la asignación de presupuesto a negocios oscuros.


El rechazo al sistema corrupto se ha reflejado en el alto número de votos nulos en la primera vuelta electoral. Casi un millón de guatemaltecos expresaron su descontento hacia el sistema político actual.
El próximo 20 de agosto se celebrará la segunda vuelta electoral para definir quién ocupará la Presidencia de Guatemala para el período 2024-2028. Con 9,3 millones de personas habilitadas para votar, la elección entre Torres Casanova y Arévalo de León definirá el rumbo del país en los próximos años.