Panamá ha intensificado sus esfuerzos para combatir la violencia y los delitos cometidos contra los migrantes en el Darién, una peligrosa región selvática que marca la frontera natural entre Panamá y Colombia.
En respuesta a los grupos criminales que asaltan y violan a los migrantes que atraviesan este territorio en busca de un futuro mejor en Norteamérica, las autoridades panameñas han lanzado la «Operación Chocó» como parte de la «Campaña Escudo».


La operación, llevada a cabo por 1.200 unidades pertenecientes al Ministerio de Seguridad Pública, el Servicio Nacional de Migración y el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), tiene como objetivo frenar la presencia de grupos criminales internacionales en la selva del Darién.
Esta zona se ha convertido en una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo, utilizada por cientos de migrantes irregulares que buscan llegar a Estados Unidos o Canadá, a menudo movilizados por redes de tráfico de personas.
Además de los desafíos naturales propios de la selva, como las condiciones climáticas adversas, los migrantes se enfrentan a la violencia y los ataques de grupos armados. Los informes de las propias víctimas han denunciado asaltos y violaciones por parte de estos grupos.


En un reciente enfrentamiento con fuerzas especiales de Panamá, tres presuntos asaltantes perdieron la vida. Según el ministro de Seguridad Pública, se ha observado un aumento en la actividad de estas bandas criminales, que incluyen a colombianos y panameños y pueden tener vínculos con el Clan del Golfo, una de las principales organizaciones criminales de Colombia.
Las autoridades de Panamá enfatizan que la selva del Darién no es una ruta migratoria segura debido al alto nivel de peligro. En lugar de considerarla como una ruta, se insiste en su importancia como parque nacional y pulmón verde del país.
Samira Gozaine, directora de Migración de Panamá, destaca la necesidad de abordar la explotación y las tragedias que enfrentan los migrantes a manos del crimen organizado.
Solo en los primeros cinco meses de este año, más de 166.000 migrantes irregulares han cruzado el Darién, casi cinco veces más que en el mismo período del año anterior. La mayoría son venezolanos, seguidos de haitianos.


La crisis migratoria en América ha alcanzado proporciones sin precedentes, con un flujo masivo de personas desplazándose hacia el norte del continente en busca de mejores condiciones de vida. Según datos de la ONG HIAS, actualmente hay alrededor de 20 millones de personas desplazadas en la región.
Ante esta situación, es imperativo tomar medidas para garantizar la seguridad de los migrantes y combatir eficazmente a los grupos criminales que se aprovechan de su vulnerabilidad.